Influencias y
objetivo de la pieza presentada
Sin duda, el
planteamiento primero que inspira esta obra no hubiese sido posible sin los
movimientos de vanguardia de la primera mitad del siglo XX. En esos años, el
mundo audiovisual sufre un proceso de ruptura con los convencionalismos cinematográficos
en la búsqueda de nuevos modos de expresión. En este caso, sucede la ausencia
de un elemento narrativo estructurado. Se ha buscado un modo de expresar la
emoción o emociones concretas que, una persona de edad avanzada, en este caso
una mujer, tiene acerca de su experiencia vital.
No se trata de
mostrar imágenes de lo que pudiera ser algo que ha visto o experimentado, sino
imágenes que en su formalidad encajan, al fusionarse con la imagen fija del
retrato de la protagonista, con esa misma imagen. Cada imagen, por un lado el
retrato como imagen fija, y por otro, las imágenes solapadas fundidas en
transparencia, han de comportarse como objetos puramente estéticos.
El rostro de la
anciana es fijo porque fija es la superficie corporal receptora de los sucesos
que nos rodean, almacenándose en nuestro interior de una dinámica. Los
recuerdos, las experiencias, son almacenadas en mayor parte desde la emoción.
De todo ello resulta un mapa cuyo orden no corresponde con la realidad de los
sucesos, sino que es ordenada a conveniencia de nuestro cerebro, con la
intención de generar la realidad más coherente posible.
Se trata del mismo
efecto de la mirada introspectiva. Uno puede permanecer quieto y sin embargo,
estar reviviendo de modo global un recuerdo compuesto por un entramado
abstracto de emociones asociadas a fragmentos de imágenes. Esto es lo que pretende
ser el vídeo. Una “representación” de estos acontecimientos, pero a su vez, la
intención es la de que el resultado, sea una imagen cambiante en la que la
imagen fija y la dinámica se funden en transparencias de modo que, aun estando
ambas presentes, estas no se distinguen.
El resultado ha de
ser el de una comosición de imágenes construídas a partir de estos dos
elementos que, estéticamente provoquen emociones determinadas en el espectador
y que, por otro lado, estas emociones surgan de la propia composición de las
imágenes, o mejor dicho, del aspecto fotográfico del vídeo. El sonido no existe
en la pieza porque el ritmo lo marca la imagen.
Relación con el cine
oriental.
En Oriente sucedió
otro ritmo evolutivo. Por ejemplo, en la década de los 30 aún se hacía cine
mudo en Japón. Pero algo que caracteriza al cine oriental es su preocupación
por los detalles estéticos, la importancia de la imagen que se muestra.
Conocidas son, por ejemplo, las exigencias del director Kurosawa en los
rodajes, llegando incluso a modificar la dirección del curso de un arroyo para
dar un mejor efecto.
En el cine Japonés en
concreto, los planos tienden a ser panorámicos y generales. Muchas veces en
occidente pueden resultar largos en exceso si se está demasiado acostumbrado al
ritmo del cine occidental. En oriente, por cultura, se hace hincapié en los
detalles más sutiles con el objetivo de transmitir la emoción deseada en el
espectador.
Los ritmos de esta
pieza deben ser lentos, para empaparse bien de la sensación que cada imagen
transmite, para dar tiempo al espectador de percibir y de sentirse.
Lejos de construir
una pieza cinematográfica, estos aspectos están presentes debido al interés por
lo sutil, por lo profundo, a modo de pieza artística breve, como breve suele
ser el momento en que nos muestran un retrato y lo observamos.
Es por todo lo
comentado, que son los colores y las formas los que han de desencadenar ese
mundo emocional.
Por otro lado, se
incluye la misma actitud que tuvieran los primeros autores de cine experimental
que, en el siglo XX, explotan los nuevos recursos tecnológicos para investigar
en nuevos modelos estéticos de expresión. En este caso, esos nuevos elementos
tecnológicos son el modo en el que las imágenes son montadas, pero también los
efectos de transmformación de la imagen que se produce aplicando algoritmos
matemáticos, lo cual no puede observarse en esta pieza en concreto, pero sería
el objetivo final.
Se trata finalmente,
de acceder a la representación de lo personal y lo íntimo de un modo
estéticamente relacionado con la abstracción analítica en pintura. La abstracción
del pensamiento, la imagen de una emoción.
Desde este punto,
quedaría por manejar los tiempos de un modo más extenso, más lento, pero también
con una complementación mayor, tanto de las fusiones de imágenes
retrato-pensamiento, como por la composición y secuenciación misma de la pieza,
que ha de guiar al espectador en los niveles de intensidad emocional con respecto
de lo que están siendo testigos.
Experimental III