jueves, 5 de febrero de 2015

Anexo teórico a la pieza final

Influencias y objetivo de la pieza presentada

     Sin duda, el planteamiento primero que inspira esta obra no hubiese sido posible sin los movimientos de vanguardia de la primera mitad del siglo XX. En esos años, el mundo audiovisual sufre un proceso de ruptura con los convencionalismos cinematográficos en la búsqueda de nuevos modos de expresión. En este caso, sucede la ausencia de un elemento narrativo estructurado. Se ha buscado un modo de expresar la emoción o emociones concretas que, una persona de edad avanzada, en este caso una mujer, tiene acerca de su experiencia vital.
     No se trata de mostrar imágenes de lo que pudiera ser algo que ha visto o experimentado, sino imágenes que en su formalidad encajan, al fusionarse con la imagen fija del retrato de la protagonista, con esa misma imagen. Cada imagen, por un lado el retrato como imagen fija, y por otro, las imágenes solapadas fundidas en transparencia, han de comportarse como objetos puramente estéticos.
     El rostro de la anciana es fijo porque fija es la superficie corporal receptora de los sucesos que nos rodean, almacenándose en nuestro interior de una dinámica. Los recuerdos, las experiencias, son almacenadas en mayor parte desde la emoción. De todo ello resulta un mapa cuyo orden no corresponde con la realidad de los sucesos, sino que es ordenada a conveniencia de nuestro cerebro, con la intención de generar la realidad más coherente posible.
     Se trata del mismo efecto de la mirada introspectiva. Uno puede permanecer quieto y sin embargo, estar reviviendo de modo global un recuerdo compuesto por un entramado abstracto de emociones asociadas a fragmentos de imágenes. Esto es lo que pretende ser el vídeo. Una “representación” de estos acontecimientos, pero a su vez, la intención es la de que el resultado, sea una imagen cambiante en la que la imagen fija y la dinámica se funden en transparencias de modo que, aun estando ambas presentes, estas no se distinguen.
     El resultado ha de ser el de una comosición de imágenes construídas a partir de estos dos elementos que, estéticamente provoquen emociones determinadas en el espectador y que, por otro lado, estas emociones surgan de la propia composición de las imágenes, o mejor dicho, del aspecto fotográfico del vídeo. El sonido no existe en la pieza porque el ritmo lo marca la imagen.
Relación con el cine oriental.
     En Oriente sucedió otro ritmo evolutivo. Por ejemplo, en la década de los 30 aún se hacía cine mudo en Japón. Pero algo que caracteriza al cine oriental es su preocupación por los detalles estéticos, la importancia de la imagen que se muestra. Conocidas son, por ejemplo, las exigencias del director Kurosawa en los rodajes, llegando incluso a modificar la dirección del curso de un arroyo para dar un mejor efecto.
     En el cine Japonés en concreto, los planos tienden a ser panorámicos y generales. Muchas veces en occidente pueden resultar largos en exceso si se está demasiado acostumbrado al ritmo del cine occidental. En oriente, por cultura, se hace hincapié en los detalles más sutiles con el objetivo de transmitir la emoción deseada en el espectador.
     Los ritmos de esta pieza deben ser lentos, para empaparse bien de la sensación que cada imagen transmite, para dar tiempo al espectador de percibir y de sentirse.
     Lejos de construir una pieza cinematográfica, estos aspectos están presentes debido al interés por lo sutil, por lo profundo, a modo de pieza artística breve, como breve suele ser el momento en que nos muestran un retrato y lo observamos.
     Es por todo lo comentado, que son los colores y las formas los que han de desencadenar ese mundo emocional.
     Por otro lado, se incluye la misma actitud que tuvieran los primeros autores de cine experimental que, en el siglo XX, explotan los nuevos recursos tecnológicos para investigar en nuevos modelos estéticos de expresión. En este caso, esos nuevos elementos tecnológicos son el modo en el que las imágenes son montadas, pero también los efectos de transmformación de la imagen que se produce aplicando algoritmos matemáticos, lo cual no puede observarse en esta pieza en concreto, pero sería el objetivo final.
     Se trata finalmente, de acceder a la representación de lo personal y lo íntimo de un modo estéticamente relacionado con la abstracción analítica en pintura. La abstracción del pensamiento, la imagen de una emoción.

     Desde este punto, quedaría por manejar los tiempos de un modo más extenso, más lento, pero también con una complementación mayor, tanto de las fusiones de imágenes retrato-pensamiento, como por la composición y secuenciación misma de la pieza, que ha de guiar al espectador en los niveles de intensidad emocional con respecto de lo que están siendo testigos.  

Experimental III



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